domingo, 27 de abril de 2008

LA FAMILIA BASE DE SU DESARROLLO


El linaje implicaba la posesión de un territorio propio, el que era delimitado claramente y resguardado de la intromisión de cualquier mapuche vecino. En él se ubicaban las familias extendidas, formadas por el padre, la o las madres, los hijos varones casados, sus esposas y vástagos. Una familia de este tipo podía ocupar de siete a ocho rucas. Los linajes emparentados entre sí formaban una agrupación mayor, que era dirigida por el cacique o curaca, quien presidía las ceremonias religiosas y actuaba como juez cuando ocurrían desacuerdos entre miembros del linaje.

En situaciones de conflicto como, por ejemplo, una guerra, se designaba otro jefe para que los dirigiera, denominado toqui, el que perdía autoridad cuando finalizaba la disputa. Su insignia de mando era la clava, una especie de palo con empuñadura cuyo extremo opuesto representaba la cabeza de un pájaro.

Respecto de los territorios ocupados, los mapuches generalmente elegían para vivir las orillas de los ríos. Sin embargo, luego de la penetración española subdividieron sus territorios en distritos, repartidos en la costa, el valle central y la precordillera, a los que llamaron vutalmapu. A su vez varios vutalmapu conformaban los aillarehue o uniones de tribus.

Los grupos familiares vivían dispersos y separados por considerables distancias que les impedían constituir aldeas o pueblos.

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